Revolución bagauda

Estos dos últimos días asistí al curso de historia y filosofía de la historia que impartió el historiador Félix Rodrigo Mora en El Casino de La Floresta. No conocía a Félix personalmente, aunque sí lo escucho, veo y leo desde hace años. Me gustó mucho ponerle cuerpo y energía. Intervine bastante entre sus exposiciones, pues me inspiraba y sentía tenía bastante que aportar en el debate, dado que su investigación y la mía son muy paralelas y complementarias.

Le doy mucha importancia a la obra de Rodrigo Mora, aquí va brevemente porqué. Félix es el referente en la Península Ibérica sobre la desintegración paulatina del comunal, el modo de vida que imperó en la Península entre el siglo VI y el XIII, pero que no desapareció del todo hasta el franquismo. Además, Félix nos trae la historia del origen de esa reorganización de la sociedad en la Península aprovechando la decadencia del Imperio Romano: la revolución bagauda a partir del siglo V contra todos los estados que trataban de imponérsele.
Primero contra los romanos, cuya primera insurrección aprovechó la entrada de Atila (siglo V) por el norte, lo que vació temporalmente la península de legiones romanas. Después contra los carolingios en la batalla de Roncesvalles (778), donde los vascones derrotan a Carlomagno. Luego contra los árabes en la batalla de Simancas (939), donde un conjunto de milicias autoorganizadas, especialmente navarras, derrotaron al sanguinario califa de Córdoba Abderramán III.

Todas esas expresiones de fuerza de la sociedad comunal, especialmente fuerte al sur de los Pirineos, fueron inaugurando una época de esplendor humana muy poco conocida y despreciada por la historiografía actual, que nos habla de una alta edad media oscura. La insurrección frente a los romanos no triunfó pero inauguró un periodo de un siglo y medio en que la naciente sociedad bagauda se retiró a las montañas, experimentó y fraguó un estilo de vida que después poco a poco se expandió hacia el sur de la Península.

Se creó una sociedad que transformó completamente las formas de funcionar romanas y recuperó criterios humanos ancestrales: empezaron por la abolición de la esclavitud y la servidumbre de la gleba, libertad individual y colectiva, organización política colectiva de concejo abierto, economía y propiedad comunal, recuperación del amor por la labor productiva, unificación de los criterios de funcionalidad y belleza en la creatividad humana, criterios de guerra únicamente defensiva, simbiosis con la naturaleza, amor, colaboración y un largo etcétera.

Conocía muchas de las tesis del autor sobre esa época de esplendor, pero los detalles sobre todo el movimiento revolucionario me emocionaron profundamente. Si queremos construir un ser humano nuevo y una sociedad nuevas necesitamos conocer e inspirarnos en el pasado, no sólo para saber qué no repetir, sino para tomar prestadas ideas que sí funcionaron. Esa historia es especialmente significativa para uno cuando tus ancestros son de esa tierra y tú vives en esa tierra. Tengo ancestros en muchos lugares de la Península, ahora me vienen particularmente mis ancestros navarros y vascones, desde el siglo XVI y probablemente mucho antes. Y vivo en esta tierra: Catalunya (en particular las zonas rurales) se sumó en cuanto pudo a esa resistencia y a esa sociedad nuevas.

Por otro lado, recomiendo el libro de Rodrigo Mora y Prado Esteban para todo aquel que quiera comprender de raíz el tema del patriarcado y el feminismo, desde una perspectiva histórica correcta, a mi entender: “Feminicidio y autoconstrucción de la mujer”. Leí este libro hace unos 8-10 años y me ayudó a comprender la diferencia entre la sensibilidad contra el machismo que compartimos muchos y lo poco tiene que ver con el feminismo de estado y/o ideológico que hoy vemos por todos lados.

He quedado con Félix que le propondré una entrevista para mi pódcast. Ya os contaré.

La Floresta, 22 de julio de 2023

Foto: Dibujo de aldea medieval en los Pirineos.

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