El final inevitable de la pareja perfecta
Todo empezó con mariposas en el estómago…
Y terminaste con ansiedad, insomnio y bloqueado en todas sus redes.
Y no solo digitalmente: emocionalmente también.
Te sabías el guion de memoria:
miradas intensas, conexión de almas, «esta vez sí que sí».
Spoiler: no fue.
Fue lo mismo o peor, con filtros de instagram y promesas recicladas.
Cariño… ¿estás fatal? (Otra vez)
¿Otra vez tropezando con la misma piedra aunque ya la tienes fichada en google maps?
¿Volviste a confiar en el amor… y volviste a estamparte?
Otra vez.
El mismo patrón.
La misma peli.
¿Saliste de la última relación huyendo de lo que no podías sostener…
y ahora te lo encuentras con otro nombre y otra playlist?
¿Otra vez te olvidaste de ti?
¿Otra vez te dijeron «conmigo será diferente» y fue igualito, pero con más emojis?
¿Dudas una y otra vez si estás con la persona adecuada?
¿Cuando alguien menciona «boda» te entran sudores fríos y fantasías de fuga a Islandia?
¿Tu pareja te dice «tenemos que hablar» y tú solo oyes la música de Psicosis?
¿Y esa joya… «démonos una última oportunidad, que llevamos diez años»?
Spoiler 2: llevan más de cinco «últimas oportunidades» y la tragicomedia va de mal en peor.
Muchos de estos 40 principales me han pasado.
O los he visto de cerca. Muy de cerca.
Me he hecho todas estas preguntas… y alguna más que no cuento hoy.
A mí me llevó más de treinta años darme cuenta.
Sí, parece que estoy de coña.
Pero te prometo que esto va en serio.
Porque lo que llamamos «amor» a veces es solo el guion perfecto para el drama.
Y porque vivir el fuego del amor que aprendimos… no nos calienta, nos calcina.
El verdadero problema no eres tú: es el modelo
No estás rota.
No es que no sepas amar.
No es que siempre elijas mal.
El problema es que te han dado un mapa para un territorio que ya no existe.
Un guion anticuado para una historia que mereces escribir tú.
Nos hemos criado con referentes de película y canciones de amor que, si lo piensas bien, son auténticos tratados sobre dependencia emocional con fondo musical.
Aunque digamos que estamos evolucionadas, el guion sigue ahí, agazapado en lo profundo:
• Él como protector, deseante, pero emocionalmente analfabeto.
• Ella como cuidadora, emocional, disponible y dispuesta a sostenerlo todo.
Y esto, incluso en relaciones «conscientes».
Con mucho tantra, mucho contacto visual y cero gestión de la dependencia emocional y energética.
Mucho «honestidad radical»… y cero amor real.
Lo que nos hace sufrir no es amar
Lo que nos hace sufrir es intentar amar desde un molde que no te deja respirar.
Desde una idea de amor prestada.
Desde la culpa, el miedo o la idea de que amar implica sacrificarse.
Y mientras sigamos repitiendo ese patrón,
no importa cuántas veces cambiemos de persona:
la historia será la misma, con nuevo casting.
¿Y si dejaras de perseguir la relación ideal?
¿Y si el amor no fuese algo que se encuentra fuera,
sino algo que se construye desde dentro?
Quizás el fracaso no está ni en ti ni en tu ex.
Está en intentar crear algo real dentro de un modelo prefabricado.
Ese «amor ideal» que te prometieron no existe.
Pero sí existe otra cosa:
Un vínculo real. Humano. Imperfecto. Vivo.
Uno donde no te pierdes, ni te disuelves.
Donde puedes estar cerca sin dejar de ser tú.
Donde el conflicto no se ve como amenaza,
sino como una puerta de entrada a lo real.
Amar desde lo real: una posibilidad viva
Amar desde lo real es bajarse del escenario.
Dejar las máscaras.
Soltar el papel de víctima, salvadora o terapeuta emocional gratuito.
Es dejar de exigir al otro que cure tus heridas…
y empezar a mirarlas juntos.
Es usar el amor no como escape,
sino como espacio de transformación.
Donde el «te quiero» no significa «te necesito»,
sino «me elijo contigo, sin dejar de elegirme a mí».
Un vínculo real no es perfecto.
Pero sí es honesto.
Menos Hollywood, más humanidad.
Menos fuegos artificiales, más calorcito de hogar. Más sencillo.
Nuestra propuesta: cuerpo, conciencia y vínculo
En nuestros espacios no te damos frases para «manifestar el amor de tu vida».
Tampoco rituales para «recuperar a tu ex en tres pasos».
No vendemos humo. Ni fórmulas.
Lo que hacemos es acompañarte a mirar adentro.
A transformar el guion heredado.
A amar desde un lugar nuevo. Más tuyo.
Desde el cuerpo, como territorio sensible.
Desde el corazón, como brújula honesta.
Desde el vínculo, como campo de transformación.
Caminamos con personas que ya están hartas de repetir lo mismo.
Que no buscan más promesas.
Sino una experiencia real.
Si esto te reSUENA, estás en el lugar adecuado
No hay trucos.
No hay «tips virales».
Pero sí hay caminos reales.
Y cada vez que alguien se atreve a dejar de fingir,
una forma vieja de amar se derrumba.
Y nace algo nuevo.
Más libre.
Más vivo.
Más tú.
¿Te resuena esto?
Estonces quizá te guste escuchar «Las mil formas de amar», una conversación con Lorena Bassani en mi podcast Salvajemente humano.
ESCUCHA AQUÍ: «LAS MIL FORMAS DEL AMOR»
Cuestionamos la idea de un único modelo para amar —ese que el sistema nos vendió como ideal— y abrimos la posibilidad de que cada vínculo sea único, vivo e irrepetible.
Y si quieres encarnar esta propuesta desde el cuerpo, te invitamos al:
INTENSIVO PRESENCIAL «VINCULARTE»
que compartimos cada año en marzo.
También puedes suscribirte más abajo a la newsletter para recibir cada semana reflexiones e historias sobre relaciones, cuerpo y vida auténtica.
Porque amar de otra manera no solo es posible.
Es urgente.
Un abrazo,
Vicen