No dualidad orgánica

Antes de hablar de metodología Trika hablábamos de no dualidad orgánica. En realidad ambas denominaciones pueden usarse para describir nuestra propuesta.

Para aclarar a qué nos referimos con la expresión «no dualidad orgánica» empezamos diciendo que, por un lado, hablamos de no dualidad, de no separación, de recuperar la unidad en la polaridad; y por el otro, que esta no dualidad no es una abstracción metafísica sino una realidad bien concreta, viva y por ello orgánica. Vamos a explicarlo con más detalle.

Hablamos de «no dualidad» o «no dual» porque, tal como nos enseñan las tradiciones ancestrales, la vida es movimiento entre polaridades complementarias: no hay día sin noche, ni posibilidad de vivir la auténtica alegría sin adentrarnos también, cuando es necesario, en la tristeza. La sensación que a veces tenemos de estar separados del mundo es un error de percepción que corresponde a una tensión del cuerpomente, pues en realidad no hay separación entre el ser individual y el universo. Sin embargo, ese error de percepción genera una sensación de separación, de dualidad, con lo que a cierto nivel la fragmentación se vuelve real. En esa distorsión vivimos como sociedad y como individuos modernos.

La no dualidad parte del reconocimiento de que, en cierto sentido, existe esa separación que atraviesa al mundo y a nosotros mismos, así como el deseo de disolver esa dualidad. Sólo reconociendo la distorsión creada por la separación podemos volver a la unidad.

La no dualidad no niega la polaridad del mundo, de la vida. La dualidad surge cuando hacemos un juicio de valor sobre una polaridad natural, cuando elegimos sólo uno de los polos y rechazamos el otro. De este modo creamos una tensión, una violencia, y transformamos la polaridad en dualidad. La no dualidad es el proceso inverso: revertir la dualidad en polaridad, en vida y totalidad pulsátil y vibrante, por tanto orgánica.

La expresión «orgánica» insiste en la característica viva y natural de nuestra no dualidad, a diferencia de algunas corrientes orientales (como el vedanta advaita o el advaita), que hablan de la no dualidad de lo absoluto, a diferencia de lo relativo, que sería dual. Nosotros lo vemos diferente, pues allí habría una dualidad entre lo absoluto y lo relativo.

Para nosotros todo es no dual si no hay tensión y violencia. Si existe, se vuelve dual. Esa diferencia no sería dual sino polar. Tanto lo absoluto como lo relativo, lo trascendente como lo inmanente, están del todo unidos, como shivashakti en el tantra o el organismo en bioenergética.

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