Ancestralidad y árbol genealógico [parte 2]

Ancestralidad y árbol genealógico

[Sigo contando el contexto que ayuda a comprender qué pequeño tesoro traigo para compartir.]

Antes de contaros sobre mis ancestros
quiero explicaros cómo veo nuestro vínculo con nuestros antepasados.
Esto os dará la dimensión de lo que os cuento.

Veo la vida como la vivo.
Siento la conciencia y la sensibilidad de mis antepasados viva dentro de mí.
Veo la vida como una continua transmisión de conciencia y amor
que encuentra en cada individuo la oportunidad de desplegarse,
reformularse, recogerse o a veces también olvidarse.

Si no somos conscientes de este proceso
y nos identificamos mucho con el yo individual
de algún modo cortamos esa corriente de vida
y defendemos la hegemonía del yo individual finito.

Cuanto más somos conscientes de ese río de conciencia
más participamos en la transmisión,
en la labor y la conciencia colectivas,
en la continuidad de esa conciencia y amor
que es la especie humana,
cada familia de seres humanos.
A pesar de sus errores, contradicciones.
Y así somos y nos reconocemos como seres infinitos,
siempre presentes,
más allá del tiempo, inmortales.

Siento que la vida es toda la historia de la vida
e incluye todos los tiempos.
Que mis antepasados viven en mí
y en los demás miembros de la familia
que viven en este momento.

Que cuando tenemos hijos o morimos
son los dos momentos en los que
el poder de la vida y la conciencia
se traspasan a las siguientes generaciones,
como dice Don Juan de Castaneda.

Toda la conciencia y el amor de los ancestros
viven en nosotros los vivos.
Cuando muramos,
nuestros anhelos, conciencia y amor
seguirán vivos en quienes queden aquí,
y así sucesivamente.

Más que recibir la herencia ancestral
como carga, como está de moda en la terapia actual,
la recibo como regalo, como fuerza y poderes,
como experiencia transpersonal.

No idealizo, comprendo que hay sombras,
oscuridades, secretos y violencia,
entre mis ancestros,
pero lo que más hay es el deseo de mejorar, transformar, crecer y sanar.
Por eso también es bienvenida esa mirada transformadora y sanadora,
todo ello es necesario también,
pero nunca perder de vista el contexto general,
que es una intención profunda de amor y conciencia,
de lo contrario no seguiría la vida.

[Parte 2. Continuará…]
[Leer la parte Parte 1: en anterior post con foto de Vicen]

Foto de Vicen: @luzalritmo

oto de Santo Stephano d’Aveto, Génova, Italia, hacia 1930. Mis ancestros con uno de mis apellidos principales vivieron en este pueblo entre 1810 a 1840, aproximadamente, antes de viajar a Uruguay en 1861.

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