Cómo alinear sentir, pensar y actuar
La vida actual, con sus exigencias y convencionalismos, a menudo nos aleja de nuestra verdadera naturaleza, creando una desconexión tanto interna como externa que desemboca en una falta de coherencia entre lo que sentimos, pensamos y hacemos. Aquí os comparto una reflexión sobre cómo ir superando esta fragmentación para alcanzar una vida más auténtica y congruente.
Desde pequeños, desarrollamos una coraza de protección que, aunque necesaria para nuestra supervivencia en un sistema alejado de nuestra naturaleza orgánica, termina por enajenarnos de nosotros mismos. Esta coraza no solo crea divisiones internas, sino que también nos aleja de la capacidad de vivir de manera espontánea y genuina, sembrando incoherencia entre nuestros pensamientos, emociones y acciones.
La formación de esta coraza, tal como la describe Wilhelm Reich, refleja una división profunda entre cuerpo y mente, una separación inexistente en estados más prístinos de la existencia humana y de la naturaleza salvaje. En estos estados, expresiones como el llanto o la risa surgen de un organismo unificado, donde cuerpo y mente actúan en perfecta coherencia, en contraste con la habitual desconexión en la adultez.
Este ajuste a un entorno regido por juicios ajenos a nuestra naturaleza intrínseca nos empuja hacia conductas y pensamientos que no resuenan con nuestro ser auténtico, llevándonos a perder la frescura y la gracia en la acción. La coraza se manifiesta no solo como una barrera biológica, sino también como una neurosis psicológica, evidenciando una división entre las distintas capas de nuestro ser: el personaje, la sombra y el núcleo.
El personaje, nuestra capa más superficial, se moldea según las expectativas y normas sociales, ocultando bajo él la sombra, donde residen nuestros deseos reprimidos y emociones no expresadas. En el núcleo más profundo, yace nuestra esencia verdadera, una fuente de autenticidad, inocencia y potencial. Reconectar con este núcleo es esencial para iniciar un proceso de transformación hacia una vida más integrada y coherente.
Proponemos un enfoque que va más allá de describir el mecanismo de formación de la coraza y sus consecuencias, ofreciendo un camino hacia la recuperación de una existencia más unificada. Este enfoque implica la integración de nuestras partes dispersas en un todo cohesionado, enfrentando y reintegrando las partes ocultas para avanzar hacia una mayor integridad y coherencia interna.
La transformación propuesta no busca eliminar la coraza directamente, lo cual puede ser improductivo e incluso peligroso, sino proporcionar al organismo nuevos elementos que hagan que la coraza se vuelva innecesaria. Se trata de construir coherencia, cuerpo y sostenes internos que permitan, eventualmente, que la coraza se disuelva parcialmente.
Nuestra visión ofrece una mirada esperanzadora hacia la posibilidad de vivir de manera más auténtica, desafiando las restricciones impuestas por nuestros personajes sociales y las neurosis derivadas de ellos. Os invito a reflexionar sobre cómo podemos reconectar con nuestra naturaleza más profunda para vivir una vida más plena y coherente.
¿Hasta qué punto estás dispuesto a explorar y transformar las capas de tu ser para vivir de manera más coherente con tu naturaleza orgánica?